lunes, 4 de junio de 2012

Noticias del futuro


Dentro de algunos años, un día cualquiera…

Querido diario:
qué harto estoy de este trabajo; cada día es peor.

Hoy le he tenido que pedir al compañero de “CanalMarianista.tv” su espejo para directos porque el mío se ha rajado durante el viaje a Tarifa. La culpa ha sido mía, por llevarlo en el asiento del copiloto en lugar de meterlo en la mochila. Pero es que siempre ando a la carrera, es inevitable.

Ha sido terminar el directo en la puerta de un colegio en Jerez por el inicio del curso y salir pitando hacia Tarifa para otro directo por el hallazgo del cascarón de una tortuga gigante en la playa de Valdevaqueros. Y claro, como no había podido encontrar aparcamiento cerca del colegio, cuando he llegado al coche ya iba pilladísimo de tiempo, así que he tirado el espejo de directos y el casco multimedia en el asiento del copiloto.
Y en un bache de la carretera, zas: espejo rajado. 

Los juramentos se han tenido que oír hasta en Marruecos. Y menos mal que no se ha roto nada en el casco; ni la cámara frontal, ni el micrófono personal, ni el direccional, ni el microdisco duro, ni la antena de enlace, ni el auricular. Porque, tal y como está la cosa en la casa, seguro que me lo descuentan del sueldo y el espejo, por lo menos, es barato.

Además, hacer un directo con el espejo de otro canal no se nota, pero si me pongo el casco multimedia con el rótulo de “CanalMarianista.tv”, me despiden antes de que llegue el primer comentario sobre la noticia a la página web.

Desde luego, el que inventó el jodido casco multimedia que sustituyó a los reporteros gráficos y a los técnicos de enlaces, nos la lió buena a los periodistas. Ya estamos solos. Ya somos toda la oficina. Producción, administración, cámaras, operadores de sonido, conductores, técnicos de enlaces, redactores… Bueno, lo de redactores es un decir, porque apenas redactamos nada. Inmediatez, maldita palabra. Todo tiene que ser inmediato. Lo de esta mañana ya es antiguo por la tarde. Y lo de ayer… lo de ayer ya no le interesa a nadie.

Ni sé cuánto hace que no escribo nada. Me limito a llegar al sitio, ponerme el casco, conectar con Control Central y en cuanto ellos me dan el “loading” plantarme el espejo delante de la cara y empezar a largar. Y eso cuando hablo, porque muchas veces me limito a mirar a un lado y a otro para que la cámara frontal del casco recoja las imágenes que se cargarán directamente en la web.

Y luego mi abuela me cuenta cómo eran las cosas cuando ella era periodista de televisión y hacía reportajes de ¡¡más de cinco minutos!! con realizador, productor, cámara, ayudante, editor de vídeo, conductor…
Uf, qué ganas de echarme a llorar.

Al menos me consuela pensar que ella estudió cinco años de carrera y se hizo un máster y el doctorado… y yo, con la ESO, ya he tenido suficiente para currar de periodista.
Claro que, cuando me cuenta lo que ganaba ella y lo comparo con lo que me pagan a mí… me entran de nuevo las ganas de llorar.
Snif… snif…