lunes, 6 de mayo de 2013

Soy adicto



Puede sonar a la típica excusa pero lo cierto es que me enganché siendo un crío, cuando empecé a trabajar de camarero en un bar de copas del Paseo Marítimo.
 
A esa edad, uno no ve, o no quiere ver, el riesgo de lo que le resulta agradable. Y para mí, descubrir esa sensación hasta entonces desconocida de libertad, de poder, de ser capaz de conseguir casi cualquier cosa que me propusiera, resultó demasiado placentero como para pararme a pensar si escondía un lado amargo. Me tomé a risa los comentarios de mis compañeros: cuidado, Manolito, que a lo bueno enseguida se acostumbra uno.

Ni siquiera cuando, al terminarse mi contrato, ya convertido en un parado más, experimenté los primeros síntomas de una misteriosa desazón, me percaté de que comenzaba a ser víctima del mono. No quería creer que hubiese caído, prefería negármelo a mí mismo. 

Pero ahora comprendo que cuando me lancé a una búsqueda frenética de cualquier tipo de trabajo, lo que motivaba aquel empeño no era la necesidad de realizarme, sino el ansia que provocaba mi adicción. Y mi adicción fue la que me empujó silenciosa a estudiar para auxiliar administrativo. Ella fue la que me mantuvo despierto tantas noches mientras preparaba oposiciones. Su agazapada promesa de volver a convertirme en el dueño de mi propia vida, de proporcionarme episodios tal vez breves pero únicos de bienestar, fue la que me condujo en volandas hasta la plaza de oficial de registro en un ayuntamiento de la provincia.

Ahora sé que me dejé llevar durante los años de bonanza, sin advertir el peligro en que podría poner a mi esposa y mis hijos.
La crisis y la quiebra de las arcas municipales acabarían por abrirme los ojos. Los últimos años acudo a mi puesto y secundo las movilizaciones de mis compañeros por inercia, con la voluntad perdida en las ávidas garras de un brutal síndrome de abstinencia.

Lo confieso: me llamo Manolo y soy adicto al sueldo.






(Publicado en El Independiente de Cádiz el 1 de mayo de 2013)

1 comentario:

  1. estamos complicados, somos muchos adictos a lo mismo...
    saludos y buen fin de semana!

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